Maestro de Astorga (atribuida). Pedro Mártir |
[…] Es costumbre representar a
los mártires junto con el objeto con el que fueron torturados o asesinados (tal
como ocurre con el propio Jesús) y un ejemplo de ello es Pedro Mártir.
Como si de un personaje de película de terror se tratase, suele ser
representado con su característica hacha en la cabeza. Nació en Verona a
finales del siglo XII, era un niño muy estudioso y devoto e ingresó en la Orden
de los Predicadores de los dominicos, posteriormente sería nombrado Inquisidor
de Lombardía y alcanzaría gran renombre por sus discursos. Hasta que en una
conspiración, cátaros y gibelinos le tendieron una emboscada durante un viaje y
murió -como el lector sospechará- mediante un hachazo en la cabeza. Al
recibirlo su reacción fue ponerse a rezar. Viendo que se le agotaban las
fuerzas, mojó un dedo en su propia sangre y escribió antes de morir: “credo”.
Debido a la manera en que fue asesinado y —en línea con este peculiar humor
negro que indicábamos— los fieles acostumbran a invocarlo cuando sufren
jaquecas.
Michelangelo. San Bartolome |
De manera similar, San
Clemente suele aparecer representado junto a un ancla, pues a una se le ató
para a continuación lanzarlo al mar y convertirse así en el patrón de los
marineros. Estos tienen también como patrón a San Erasmo, torturado con
clavos bajo las uñas y finalmente muerto -según posterior invención popular-
debido a que le sacaron los intestinos con un cabrestante de barco.
Un nivel de crueldad similar
mostraron los torturadores de San Blas, quienes le arrancaron la piel a
tiras usando peines de hierro de cardador y posteriormente decapitaron. Final
muy parecido al de San Bartolomé, despellejado con un cuchillo, que pasó
a ser su atributo. Un santo patrón de… adivínenlo. Curtidores, peleteros y
fabricantes de guantes.
Otro caso digno de mención fue el
de San Dionisio; se convirtió en el siglo III en Obispo de París hasta
que, como era costumbre en el Imperio Romano, fue capturado y sometido a toda
clase de tormentos. Fue flagelado, atado con pesadas cadenas, le echaron fieras
para que lo devorasen e incluso fue puesto en una parrilla. Pero estaba hecho
de tal pasta que nada de eso fue suficiente, hasta que finalmente murió
decapitado. […]
Mantegna. San Sebastián |
Santa Dorotea, mártir bajo el emperador Diocleciano, se negó
como tantos otros a realizar sacrificios a los dioses y por ello sufrió toda
clase de golpes y maltratos que ella decía sentir como “caricias de pluma de
pavo real”. A continuación, mientras era conducida hacia su decapitación, dijo
a las multitudes que se disponía a ir a un lugar donde no existe el invierno ni
la nieve. Un joven se burló pidiéndole entonces que le enviara un cesto de
flores y frutas y ella, naturalmente, aceptó el reto. El invierno siguiente el
joven recibió en su casa un cesto con lo que había pedido, entonces se
convirtió y también murió mártir. Fue San Teófilo.[…]
No puede faltar en un recorrido
de este tipo San Sebastián. Soldado del Imperio Romano nacido en la
Galia, tras su conversión al cristianismo ayudó a otros correligionarios que se
encontraban en las cárceles. Cuando fue apresado se le condenó a ser atado a
una columna, donde fue acribillado a flechazos, de los que no obstante
sobrevivió. Hasta que finalmente fue apaleado y arrojado a la Cloaca Máxima de
Roma. […]
Fernando del Rincón. San Cosme y San Damián |
Font: Jotdown. Vidas ejemplares de santos (contiene escenas gore). Javier Bilbao
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