La palabra Renacimiento
aparece por primera vez con un claro significado histórico y conceptual en el
libro de Giorgio Vasari 'Le vite de più eccellenti Architetti, pittori et
scultori italiani, da Cimabue insino a' tempi nostri', publicado en Florencia en
1550, donde se puede apreciar ya la idea que influyó a todas las
investigaciones científicas, literarias y artísticas desde comienzos del siglo
XV en Florencia: hacer renacer la virtud, la grandeza y la belleza del mundo
clásico. Se trata pues de un concepto que puede referirse a varios ámbitos y a
varias disciplinas, todas ellas enlazadas por la nueva visión del hombre,
centro y medida de todas las cosas, y de la naturaleza, obra de un creador
racional, dotada de orden y armonía.
Lo
que animaba a los artistas renacentistas era la voluntad de reunirse idealmente
con el mundo clásico y con sus criterios de equilibrio, belleza, armonía,
superando la experiencia gótica y medieval; pero, como afirma André Chastel en
su 'L'Art italien', dentro de su imitación de los clásicos se gestaba la
voluntad de crear algo profundamente renovador. Uno de los elementos que
contribuyó a esa renovación fue el estudio de las proporciones en la
representación del espacio, que se concretó en el uso de la perspectiva y en el
establecimiento de reglas de proporción. Desde un principio, el problema de las
proporciones entre las distintas partes de un edificio se había manifestado en
términos eminentemente matemáticos, como definición de relaciones proporcionales
entre cada una de sus partes y el todo, de manera que no se pueda añadir,
eliminar o cambiar algo sin perjudicar el todo como escribe Leon Battista
Alberti. En busca de un modelo ideal, los estudiosos intentaron recuperar los
cánones y obras técnicas del clasicismo, redactando unos verdaderos tratados de
estilo. En particular, para la tratadistica renacentista fueron muy importantes
los diez libros de 'De Architectura', del arquitecto romano Vitruvio, que fue
la base para la difusión de las ideas de canon y orden. En la época del llamado
renacimiento temprano o Quattrocento, destacan la figuras de dos grandes
arquitectos: Filippo Brunelleschi y Leon Battista Alberti.
[...] Las
investigaciones científicas y formales realizadas por Brunelleschi fueron
fundamentales para fijar la reglas y el sistema matemático-geométrico de
representación de la realidad. Su interés por lo clásico y su conocimiento de
las normas edificatorias medievales, lo llevaron a investigar las leyes de la
perspectiva lineal y los problemas prácticos de la construcción, realizando una
extraordinaria e innovadora síntesis entre la experiencia artesana de la
arquitectura medieval y la nueva sensibilidad y profesionalidad renacentista,
capaz de resolver los problemas edificatorios a la luz de una percepción
unitaria del espacio. El resultado más extraordinario de esa síntesis es la
obra por la que es universalmente conocido: la realización de la extraordinaria
cúpula que remata la catedral de Santa Maria del Fiore en Florencia y que aún
hoy despierta la admiración de arquitectos e ingenieros por la ingeniosa
solución utilizada para contrarrestar el empuje horizontal de la alta cúpula
semiesférica. En efecto, las cúpulas semiesféricas tienden a hundirse por el
peso de su centro y sus bordes a abrirse hacia fuera. El acierto de
Brunelleschi, al confiársele, en 1420, la obra más importante que debía
ejecutarse en Florencia, fue el de combinar una cúpula interior más baja y una
cúpula externa que, peraltándose en arco apuntado, sirviera de contrafuerte a
la cúpula interior, contrarrestando su empuje horizontal con el peso, en
sentido contrario, de la cúpula exterior de perfil apuntado. Brunelleschi
decidió costruirla sin armazón ni dovelas, de manera que la cúpula se cerraba a
medida que se iba construyendo y ella misma se daba apoyo. Esta técnica de
edificación causó gran asombro, en el mismo León Battista Alberti que en su
dedicatoria del 'Trattato della Pittura' así la alaba: "¿Quién antes que
tú, Felipe arquitecto, se atrevió a construir estructura de tal dimensión,
erguida hacia el cielo, ancha para poder cubrir con su sombra todas las gentes
toscanas, y ejecutada sin ayuda de cimbras ni maderaje con tal artificio que,
si yo lo entiendo bien, parece tan increíble a los de ahora como era ignorado
de los antiguos?.[…]
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada