Aunque
sabemos muy bien la fecha de la muerte de Tiziano en Venecia en agosto de 1576,
desconocemos por completo la de su nacimiento, en Pieve di Cadore, algún año de
finales del siglo XV. El mismo artista gustaba de confundir a sus contemporáneos con su edad,
ayudando así a crear el “mito de Tiziano” como el de un artista longevo, casi
centenario, y que, a pesar de todo, continuaba trabajando incansablemente para
los más importantes comitentes y coleccionistas de su época. […]
El
mito, sin embargo, se apoyaba en una intensa carrera pictórica, cuya
importancia y significación sólo tenía parangón en Italia, y aún en la Europa
del siglo XVI, con la de su contemporáneo Miguel ángel. Así se percibió en su
misma época, de manera que cuando Vasari escribió sus célebres vidas de
artistas exaltando, sobre todo, la figura de Miguel ángel y olvidando, entre
otras, la de Tiziano, la reacción no se hizo esperar. Todo el aparato veneciano al servicio del mito de la Serenísima República
se dio por ofendido y Vasari, en la segunda edición de su libro, incluyó la
biografía del pintor de Pieve di Cadore, no sin algunas reticencias y críticas,
sin embargo.
¿Qué
es lo que no gustaba a Vasari y a algunos florentinos y romanos de la actividad
de Tiziano? Precisamente lo que constituye la base de su fama y lo que hoy día
hace de él uno de los pintores más queridos y valorados de la Edad Moderna: su pintura sensual, abiertamente basada en el cromatismo antes que en la
precisión del dibujo, su intensa y muy directa interpretación de la naturaleza, la sencillez con que sus retratados e historias
se relacionan con el espectador y la aparente facilidad con que expresa las más
intensas emociones, afectos y pasiones del alma. […]
La
ligereza de toque, el pincel colorístico y “suelto”, la escasa delimitación de
los contornos, cualidades que tanto apreciaron sus “verdaderos” discípulos
(estoy pensando en Rubens, Velázquez o Delacroix), ha confundido a veces
nuestra visión del maestro. Ello es inevitable en un ojo como el contemporáneo,
determinado por la pintura francesa de la segunda mitad del siglo XIX,
fundamentalmente la de los impresionistas. Pero si algo no es Tiziano, es un
pintor “precursor” de los impresionistas. La ligereza de su toque pictórico sirve para
determinar de manera muy precisa aquello que desea mostrarnos, ya sean los
brillos de las armaduras del Duque de Urbino, de Carlos V o de Felipe II, las
nubes y los oros con los que se disfraza Júpiter para seducir a Dánae, o los
paisajes posteriores de tantas pinturas. […]
Tiziano
nos reveló sus ideas acerca de la pintura no tanto a través de escritos o
dichos sino, sobre todo, a través de sus propias obras. ¿Qué
mejor declaración acerca de la manera de expresar las emociones del alma que su
juvenil Asunción para la iglesia dei Frari, en Venecia?, o ¿qué mejor
manera de expresar su punto de vista acerca de la pintura de los antiguos que
su Bacanal de los
Andrios o su Ofrenda a Venus, para Ferrara, hoy joyas absolutas del Museo del
Prado? […]
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