Rafael Argullol: Hoy, en mi galería de espectros, he visto el provocativo espectro de
Olympia.
Delfín Agudelo: Te refieres sin duda a la Olympia de Manet.
R.A.: Sí, a ese cuadro que es un auténtico paradigma del erotismo moderno. Pienso que quizás sea el último gran desnudo de la pintura Europa, no porque posteriormente no hayan surgido grandes desnudos, incluso en la pintura del siglo XX; sino porque es el último gran desnudo que aguanta el desafío y envite de la fotografía. En ese sentido Manet lo que hace, pienso yo magistralmente, es recrear lo que serían las primeras grandes representaciones del desnudo sensual, que es el de las Venus de Giorgione y de Tiziano, aguantando exactamente y sosteniendo la misma iconografía, pero trasladando a esas Venus del renacimiento al ambiente de la sociedad urbana burguesa del París del siglo XIX, esa Olympia descarada, provocativa, que mira desafiantemente al espectador es una Venus que parece recluida en uno de los burdeles a los que acudía la burguesía en la segunda mirad del siglo XIX parisino, y tiene todas las características de esa gran provocación final de la pintura como recogedora o sintetizadora de la sensualidad visual. Es evidente que en ese mismo momento ya la fotografía, y muchos pocos decenios después la cinematografía, intentarán tomar el relevo de la pintura en cuanto a la manifestación de la sensualidad visual. Pero creo que Manet en su Olympia y en su composición excepcional lo que hace es recoger la gran tradición del desnudo del renacimiento, actualizarla y sintetizarla. En ese sentido la convierte en uno de los prototipos del erotismo más importantes del arte moderno.
Font: http://elboomeran.com/blog-post/2/5130/rafael-argullol/galeria-de-espectros-olympia/
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